Un avión C17 de la fuerza aérea de los EE.UU. Trasladó calamares del CEPESMA hasta la base de Delawer
Desde hace ya más de dos años, la Smithsonian Institution, la más importante y prestigiosa institución científica mundial, mantenía contactos con CEPESMA (Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas), para desarrollar un convenio de colaboración, en la que como eje principal, estaba la exposición mediante compra o cesión de ejemplares de Architeithis que posee la organización asturiana, y de los cuales, la institución americana, a pesar de ser pionera en la investigación de estos grandes cefalópodos, no tenía conservado ejemplar alguno.
El pasado mes de febrero, responsables de la Smithsonian Institution visitaron Luarca, y después de apreciar el estado de conservación de los distintos ejemplares, decidieron impulsar el desarrollo del actual convenio. Dicho convenio, establecido con una duración de 5 años, representa un importante estímulo mediante las distintas cláusulas de colaboración conjunta. Después de formular y aceptar el preconvenio, se realizaron todas las iniciativas para ejecutarlo; entre ellas y una de las más singulares, el traslado de los dos ejemplares, una hembra de 135 kilos y un macho de 59 (que aún estaban conservados en una solución de formol), a la espera de realizar el traslado.
Durante todo el tiempo de las negociaciones, se han tenido en cuenta situaciones peculiares, y que según las normas de seguridad vigentes en los EE.UU. dificultaban la entrada de los cefalópodos, al tener que ser introducidos en el país dentro de una solución de conservación compuesta por formol; elemento conservante totalmente prohibido en todos los estados americanos.
Cuando ya estaban solventados algunos de los más duros obstáculos para el viaje, responsables militares de la fuerza aérea, se comprometieron a realizar el traslado desde la base compartida de Rota en la provincia andaluza de Cádiz.. Dicha colaboración, fue bautizada con el nombre de operación “Calamari” y es, sin duda, una actuación sin precedentes, al utilizar un avión de las características del C17, exclusivamente para el traslado de los calamares de la organización asturiana CEPESMA.
Para ese vuelo, fue necesaria la construcción de una urna con sistema de despresurización, a fin de evitar los inconvenientes derivados de las distintas presiones a las que podrían ser sometidos, no sólo por la altitud, sino también por los cambios térmicos que habrían de soportar. Todo ello fue posible gracias a unas válvulas de expansión, con un receptáculo de albergue del contenido conservante, y el sellado hermético de la urna que contenía los calamares inmersos en el formol, con una cantidad de 2.250 litros. La introducción de la urna con el formol era esencial para la posterior conservación de los ejemplares, ya que en el momento de exponerlos al público no estarían en ningún contenido convencional, sino en uno que de forma primigenia sería utilizado como conservante biológico.
También éste se convirtió en un nuevo reto al tener que utilizar un elemento de conservación nunca utilizado en la Tierra, pues hasta el momento ha sido utilizado en el espacio exterior, mediante un trabajo de investigación desarrollado por la NASA y elaborado por la empresa multinacional química 3M, la cual dio su propia nominación al producto que conservaría y conserva los calamares.
Este nuevo conservante, el 3M, después de testarlo concienzudamente, fue elegido para realizar el proceso de cambio en el momento de exponerlos en el Ocean Haal del prestigioso Museo de Historia Natural de Washington, donde “dormitan” actualmente en unas urnas de acero inoxidable y cristal, diseñadas específicamente para esta extraordinaria exposición, que fue inaugurada con máximo rango el pasado día 27 de Septiembre.
El cambio de conservante fue posible, debido a que los ejemplares estaban fijados en formol desde dos años antes, en caso contrario, como sucede con los demás ejemplares conservados por CEPESMA, es decir, en solución alcohólica, haría incompatible la nueva conservación. Este conservante está siendo utilizado para el mantenimiento biológico y mecánico en gravedad 0, donde los daños derivados de la acción solar y otros, generan deterioros importantes en los equipamientos espaciales.
Para CEPESMA, esta participación transatlántica, significa un espaldarazo importante a las distintas actividades que desarrolla, y pone énfasis en la importancia de la investigación y conservación de especies singulares, de las que el Cantábrico asturiano es referente internacional. La Smithsonian Institution es el máximo referente en varios campos de la investigación y además, posee una infinidad de museos en los EE.UU. Por ejemplo podemos destacar los 19 que se encuentran en la capital estadounidense de Washington, que van desde la botánica, la humanística, la ciencia, el arte o la investigación espacial. CEPESMA, con la mayor colección de calamares gigantes del mundo, mantiene exposiciones en puntos de la geografía nacional e internacional, para dar valor a los seres que hasta hace pocos años carecían de interés social y sólo se mantenían en el contexto de leyenda o mitológico.
Esta organización, que desde sus inicios ha contado con el apoyo de Marivy Rasso, (responsable de esta importante revista), tiene previsto contar con un digno edificio que actualmente se encuentra en avanzada construcción, en los aledaños del puerto asturiano de Luarca, financiado por el Gobierno del Principado de Asturias y que durante este mismo año podría estar concluido.
Luís Laria
Director de CEPESMA