Un poco de historia:
El
primer dato del que se tiene
constancia de accidente de
descompresión, nos lleva al
año 1670. Robert Boyle (bien
conocido por todos los
buceadores) registró en su
cuaderno, el resultado de un
experimento de
despresurización, con
una serpiente en una pequeña
cámara, observando que en el
ojo de la misma había
surgido una burbuja, y
aunque el profesor Boyle no
entendió ni supo explicar el
porqué, dejó cumplido
registro de lo acontecido.
No fue hasta 1841 que se
obtienen los primeros datos
de accidentes de
descompresión en humanos.
Fueron los mineros franceses
en la primera mina
presurizada, los primeros en
padecer las dolencias del
nitrógeno acumulado a
presión en el organismo al
salir a superficie. Fueron
los doctores B. Pol y
T. J. J. Wattelle los que
describen clínicamente la
enfermedad descompresiva en
1854, después de estudiar a
estos mineros y observar que
al salir a superficie provocaba los dolores, aliviándose
estos al descender
nuevamente, y aunque no
pudieron explicarlo
adecuadamente, dejaron
registrados los síntomas y
señales de tan "extraña
enfermedad".
Poco después fue el ingeniero Triger, quien observara y describiera la enfermedad que sufrían los obreros franceses, que trabajaban en los cajones neumáticos de cimentación de puentes sobre ríos, conocida como "mal des cassons". También los trabajadores que construían los cimientos de los pilares del puente de Brooklyn, comparaban las contorsiones que hacían los afectados para mitigar el dolor como "Grecian bend" (Curvatura griega), una postura desgarbada de moda entre las mujeres de la época. A partir de aquí los trabajadores llamarían a esta enfermedad con el nombre de "Bends", (Corvatura).
Si bien estos antecedentes históricos nos hablan de lo
que hoy ya conocemos bien,
en aquellos años nadie supo
explicar qué lo causaba y por qué. Fue en la década
del 1870 que el fisiólogo
Francés Paul Bert despejase
estas incógnitas. El
causante era el nitrógeno
acumulado en la sangre que
se liberaba en burbujas,
reflejando en su espléndida
obra de 1100 páginas,
titulada "La pressión
barometrique" publicada en
1878. Bert, recomendaba que
los trabajadores de los
cajones neumáticos subieran
lentamente a la superficie,
y si se "encorvaban" que
bajaran otra vez y subieran
aún más despacio. Sentando
así las bases de la futura
técnica de la descompresión.
En 1906 la Royal Navy británica contrata al
Dr. John Scott Haldane,
prestigioso y afamado
fisiólogo de origen escocés,
quien había destacado por su
contribución a la ciencia
con los trabajos de
investigación sobre la
respiración, mejorando las
condiciones de las minas en
relación con los gases y el
tratamiento de emergencia.
Trabajando con J. G.
Priestley, descubrieron
(accidentalmente) que el
dióxido de carbono regula el
ciclo normal de la
respiración.
La Royal Navy, esperaba de Haldane la solución para evitar la enfermedad descompresiva en sus buzos. Partiendo de los estudios inacabados de Paul Bert (por su prematura muerte), y otras investigaciones acerca de la presión, comienza a experimentar con cabras, utilizó cabras para demostrar cuánto exceso de nitrógeno podía contener el cuerpo antes de que aparecieran las burbujas y el dolor. Realizó modelos matemáticos para dar una explicación racional al proceso biológico de la descompresión; tras el éxito con las cabras experimentó con buzos voluntarios de la Marina Real.
En 1907 J. S. Haldane determinó que la sangre y los
tejidos del cuerpo pueden
mantener en solución
(diluido) el nitrógeno,
siempre y cuando la presión
de la profundidad a la que
asciende el buzo
directamente, no sea
reducida a menos de la mitad
de la presión de la que se
encontraba, de lo contrario,
el nitrógeno se liberará en
forma de burbujas,
produciendo en el buz
o el accidente de
descompresión. Esto
significa que el buzo que
está a 10 metros de
profundidad está sometido a
2 atmósferas, y puede subir
directamente a la superficie
sin hacer paradas de
descompresión. En el caso de
que el buzo se encuentre a
90 metros, 10 atmósferas,
puede ascender directamente
hasta una presión de 5
atmósferas. Si se encuentra
a 70 metros, 8 atmósferas,
podrá ascender directamente
hasta los 30 metros, 4
atmósferas, etc. Partiendo
de esta premisa las primeras
tablas en las que se
establecían sobre distancias
de 3,60 metros hasta un
límite de 60 metros (7atm),
cota que hasta entonces se
consideraba infranqueable.
El ascenso lo dejaba libre
hasta los 25 metros ya que
consideraba que llegado a
esta cota no había riesgo de
embolia. Solamente a partir
de aquí comenzaba a
escalonar las paradas de 3
en 3 metros, y en las cotas
de 6 y 3 era donde daba los
mayores tiempos de
permanencia antes de
alcanzar la superficie
Estas primeras tablas fueron calculadas considerando todos los tejidos como uno solo, y más tarde aparecieron los periodos de 5, 10, 20, 40, y 75 minutos. En 1943, la Marina Americana, basándose en las tablas de Haldane, publicó unas tablas para buceo con aire basadas en los tejidos de periodo 20, 40 y 75 minutos. Estas mismas tablas fueron las que posteriormente la Marina Nacional Francesa acopló al sistema métrico en el año 1949
Actualmente
se continúa con el trabajo
de investigación que
iniciaran Bert y Haldane.
Investigadores como Bühlmann,
Worman, Hahn, Hamplemann, la
Comex etc., siguen aportando
mejoras, tanto en tablas como
en tratamientos para evitar
la temida enfermedad
descompresiva. No obstante,
la gran variedad de
computadoras y tablas de
inmersión, tienen sus
orígenes en el modelo
original de Haldane con
variaciones comparativamente
mínimas, considerando que su
trabajo ya ha cumplido los
100 años.