... Continuación
Alrededor del mes de
septiembre u octubre de
1991, me llamó al teléfono
del Archivo de Indias un
italiano que me dijo haber
encontrado el barco en Carrapateira. En aquella
ocasión me preguntó que
tenía que hacer para tener
ciertos derechos sobre el
pecio, a lo cual le contesté
que tenía que declarar el
descubrimiento ante las
autoridades de la
comandancia de marina más
próximas al lugar del
hallazgo. Creo recordar que
me dijo que no podía viajar
hasta Portugal y el asunto
no tuvo la mayor
trascendencia. Como yo
viajaba bastante a Portugal,
el 27 de mayo de 1992 compré
un periódico donde, en la
sección de cultura venía un
artículo con el titulo:
Nao quinientista en el
litoral portugués.
Encontrada junto al cabo de
San Vicente. Leo el
artículo y veo que dos
buceadores la han
descubierto en noviembre de
1991, en la playa de
Carrapateira. Hasta aquí
todo bien, pero mi sorpresa
fue cuando leo el nombre del
barco: La Condesa. El
resto del artículo y las
declaraciones del
incombustible arqueólogo
submarino Francisco Alves
son “harina del costal” del
artículo de Mondo Sommerso.
Inmediatamente me pongo en
contacto con un amigo bien
enterado de Lisboa para
pedirle alguna información,
y me cuenta que uno de los
halladores se llama Vitor
Cruz. Efectivamente, el 20
de junio 1992 sale otro
artículo en un conocido
semanario lisboeta hablando
del tema y con dos fotos:
una muy bonita de la playa
de Carrapateira, y al lado
una foto de Vitor Cruz,
empleando nuevamente el
nombre La Condesa. Se
interesó por este pecio el
arqueólogo submarino francés
Michel L’Hour, y de hecho,
con la salida en 1993 de la
nueva ley, Vitor Cruz
presentó su proyecto para
recuperar el San Salvador
juntamente con él.
Varios
meses después me volvió a
llamar el italiano
diciéndome que se había
puesto en contacto con la
embajada de Portugal, y si
la memoria no me engaña, le
había mencionado algo de su
hallazgo. Después de haber
leído sobre el
descubrimiento de los
portugueses y conocido
personalmente a Vitor Cruz
en su tienda de artículos de
buceo en Lisboa, le dije que
había llegado tarde y que se
le adelantó otro.
En el 2000 el CNANS (Centro Nacional de Arqueología Náutica y Subacuática) organismo perteneciente al Ministerio de Cultura de Portugal, realizó una prospección localizando oficialmente los restos y sacando varias fotos de lo que queda del pecio (véase información en internet: http://nautarch.tamu.edu/shiplab/projects%20ca%20index.htm )
Pero las aventuras sobre estos naufragios no terminaron con el hallazgo en la playa de Carrapateira. Una cierta mañana de 1986 estaba como siempre en el Archivo de Indias entre mares de documentos devorando ávidamente información para presentar un proyecto ante la Consejería de Cultura en las islas Canarias, cuando me llama en la mesa de trabajo uno de los vigilantes diciéndome que alguien quería verme. Salgo del salón de investigadores y efectivamente, hay dos personas que se presentan. Eran italianos y habían venido “para no se qué” a Sevilla. Se habla de naufragios, de galeones, y de la armada italiana “que los había mandado a no se qué”, y más tarde vamos a tomar un café. Después de ir a almorzar juntos, como buen samaritano los invito a quedarse a dormir en mi casa, pues me dijeron que solamente se iban a quedar en Sevilla un día. No vuelvo a saber nunca más de ellos. Pasan los años y de vez en cuando alguien me dice: saludos de Roberto Mazzara…; ¡ah, Roberto Mazzara, te conoce!; y más saludos de Roberto Mazzara. Yo me preguntaba: ¿quién es este Roberto Mazzara? Llegó así 1998. Me llama el ingeniero italiano Albano Trombetta para que participe en un proyecto en Cuba, donde RAMAL, una sociedad fundada por él con otros dos socios había conseguido un permiso de recuperación en aguas cubanas en una UTE con la compañía gubernamental SERMAR. Entre otras cosas hablamos sobre un conocido radiestesista ingles amigo mío. A todo esto me comenta que un italiano ha recuperado una campana en Portugal de entre los restos del San Salvador, playa de Buarcos, y que era de la nao Santa María del primer histórico viaje del almirante Colón a América. Nombre del recuperador italiano: Roberto Mazzara. Pasan algunos días y me llama el propio Mazzara. Picadísimo por la curiosidad de saber quien “caramba” era, me dice que nos conocíamos, yo le digo que no, y el que sí. Me dice si me acordaba de los dos italianos que durmieron en mi casa en 1986. Claro que me acordaba: ¡solamente que no se presentó con este nombre! Triste preludio a mi futura relación con él.
En julio de 1998 sale otro
articulo en la revista
Mondo Sommerso cuyo
titulo era: La campana di
Colombo (La campana de
Colón) firmado por el propio
Roberto Mazzara. Según él
conoció la historia en 1986,
cuando les fueron enseñados
algunos documentos y luego
todo el resto lo conoció por
los datos de mi publicación
de 1990. En este articulo se
adjunta un documento
encontrado por Mazzara que
dice textualmente:
Otro registro de la nao nombrada San Pablo, que se vino por maestre [¿Juan Díaz?] que era la capitana que traía Tierra Firme [¿?]cual con temporal aporto [¿?] Santa Maria cosas de la carauella de que fuera la capitana que traía Colon [hay rubrica] ….
Aparentemente este documento es parte de los libros de registros redactados por la casa de la contratación y muy parecido al que publiqué en 1990. Ignoro de donde lo consiguió Mazzara o donde esté archivado. De como veremos, posteriormente encontró otro vinculado a la campana, la nao Santa María y el fuerte de la Natividad.
Me vuelve a llamar Trombetta y me dice que, coincidiendo que la RAI (televisión pública italiana) quiere hacer un reportaje con Puccio Corona (conocido personaje de la televisión de Italia) sobre la campana y rodar la parte del AGI conmigo en Sevilla, podríamos quedar todos en Coimbra, ir a Buarcos, rodar la parte portuguesa y de paso conocer a mi amigo inglés (este último vivía en aquel entonces en Buarcos). Rodamos en la playa y fuimos al monasterio de Seisal, que por cierto, hoy está hecho una birria. Terminado de rodar me voy para Sevilla con mi amigo británico que quería conocer el AGI, y durante el viaje me dice que algunas personas de Figueira da Foz, amigos suyos, conocían a Mazzara.
En Sevilla rodamos con la
RAI la parte del AGI. En
aquel reportaje maticé
claramente que el asunto de
la campana había que
investigarlo a fondo y que
los únicos elementos
disponibles entonces,
cuadraban. A saber, los
nombres de los maestres de
los barcos y los nombres de
los propios barcos de 1555.
Al parecer Mazzara ofreció la campana al Museo Naval de la Armada de Madrid. Un día me llamó un gran amigo, desafortunadamente ya fallecido, José González, para decirme si podía colaborar con la Fundación del Mar de la cual formaba parte y que era dirigida por Enrique Lechuga, aportando datos sobre el naufragio del San Salvador. Yo le dije que no había problema, “pero que el asunto debía de ser investigado más a fondo”. En aquel entonces Mazzara estaba buscando una casa de subastas para ofrecerles la campana, y si recuerdo bien, en un primer momento tuvo ciertas dificultades para conseguirla. Al final pudo llegar a un acuerdo con una de Barcelona llamada Gestión de Activos y Subastas S.L. (GEAS) dirigida por David del Val.
Estábamos al final de mayo de 2002. Yo dije a las partes interesadas que había que investigar más a fondo el asunto de cómo y por qué la campana que Mazzara encontró en la playa de Buarcos pertenecía a la nao Santa María que Cristóbal Colón mandaba en el primer viaje del descubrimiento del Nuevo Mundo. Mazzara tenía otro documento que procedía de un archivo privado, y que dice textualmente:
Otro registro de la nao nombrada San Salvador que venía por maestre Guillen de Lugo de San Juan de Puerto Rico lo cual diz [dice] se perdió a [en] Buarcos con mucho oro y plata y el signo de la villa de la Navidad.
Al igual que el primero mencionado, desconozco en qué archivo está depositado este segundo documento y quien es su propietario. Para las personas que lo desconocen, signo es una antigua manera de llamar a las campanas pequeñas y curiosamente en idioma portugués campana se dice sino. Al igual que el otro primero, el documento era o es parte de un libro de registro como los que están depositados en la sección Contratación del AGI, y que tanto ha estudiado Pierre Chaunu con su esposa en los años 50. Esto era todo lo que había en aquel comienzo de verano de 2002.
Tras reunirnos en Sevilla las personas de la casa de subastas, Mazzara y yo, deliberamos que emprendiera una investigación para poder matizar y aportar más elementos alrededor de la historia. Siempre en Sevilla tuvimos una reunión con doña Consuelo Varela, una entre las máximas expertas sobre el almirante Colón. Doña Consuelo me ayudó en mi investigación con valiosos consejos que me fueron de gran ayuda. Los de GEAS quisieron que se incorporara al proyecto de subasta, pero ella rehusó la oferta.
A cambio de mis servicios acordé recibir un porcentaje sobre el precio de venta. El 18 de octubre de 2002 firmé un contrato mercantil con Roberto Mazzara. Yo recibiría el 10% como pago de mis servicios de historiador e inventor con derecho de propiedad intelectual.
Volviendo al comienzo de
aquel verano, me puse mano a
la obra y localicé varias e
interesantes pistas.
En la sección Contaduría, legajo 1074 (cajas de Puerto Rico año 1555) del AGI, consta una entrega de 51 pesos que descargó el tesorero y que se los pagó a Hernando de Gibraleón, del cual 32 pesos por la campana que está en la fortaleza y a Martín de Campos por la guarnición de la dicha campana. Consta que don Luís tenía un apoderado llamado Juan de Uribe, pues, en la sección Contratación, legajo 58, hay una lista de oro y plata que aparecieron en Buarcos y que en 1556 fueron entregadas a sus dueños y consignatarios por el tesorero de la Casa de la contratación. Entre las varias partidas, hay una que le fue entregada a Juan Ortiz de Uribe (solicitador).
Preconizando la importancia que iban a tener las cosas vinculadas a su abuelo en el futuro, su nieto Luís, bien para ensalzar la figura del abuelo o bien para sacar provecho económico, vendió documentos de familia, destacando entre ellos la Historia del almirante, que fue a parar a manos del genovés Valiano de Fornari.
Cuando en 1985 comencé a investigar los naufragios de Buarcos y de la Carrapateira, recuerdo que había leído en alguna parte que en los barcos de la armada de Carvajal fueron embarcados en Cádiz, de donde zarpó, muchos géneros fuera de registro. Ahora bien, en 1555 Puerto Rico era una isla muy poco poblada y cuesta imaginar que se embarcaran tantas mercaderías para tan pocas almas. Por otra parte hay un vacío documental sobre esta flota desde antes de la salida para Puerto Rico y después de la salida de esta isla hasta después de los naufragios, sabiéndose solamente que navegaron en conserva con un galeón. Yo sospecho que es muy probable que hicieran una escala en Santo Domingo o La Habana, porque en el tornaviaje vinieron en conserva con el galeón San Pablo, que venía de Nombre de Dios y que seguramente recaló en Cuba. Luís Colón tenía intereses comerciales en la isla Española pero es posible que también en otros lugares de las Indias, pues es sabido que frecuentemente recibía partidas de caudales desde Tierra Firme y Nueva España.
Cabe preguntarse como fue a
parar la campana en el
San Salvador. ¿Quizás
pensaba Luís Colón venderla?
Quienes visiten las replicas de la Niña la Pinta y la Santa María que se encuentran en Palos (Huelva) no muy lejos del convento de la Rábida, si se fijan bien notaran que de las tres embarcaciones la única que tiene campana es la Santa María y curiosamente, es casi del mismo tamaño de la que encontró Mazzara.
El 7 de octubre de 2002, la universidad de Zaragoza, departamento de química analítica, le expedía a Mazzara los resultados del análisis de la microestructura de una muestra de bronce procedente de la campana que fue arrancada por Mazzara en presencia de los analistas. Positivos para una campana del siglo XV sometida durante mucho tiempo a corrosión marina.
GEAS fijó la fecha del 20 de
febrero de 2003, hotel Ritz
en Madrid, para celebrar la
subasta de la campana. Desde
el día 17 de febrero se
podía ver la pieza, pero a
primeras horas de la mañana
la policía judicial vino a
retirarla. Nunca quise
ahondar los porqués de esta
actuación, y poniendo buena
cara al mal tiempo, pensé
que la vida seguía aún sin
campana. El tiempo pasó, y
me enteré que Mazzara había
recibido dinero de una
persona del entorno de GEAS
utilizando la campana como
prenda para un préstamo.
Legalmente tiene sus “peros”,
pues Mazzara había contraído
un compromiso mercantil
conmigo el 18 de octubre de
2002 y la operación préstamo
con prenda fue realizada el
7 de noviembre de 2002.
Finalmente, en marzo de 2006 la campana ha sido devuelta a su legítimo propietario, pero debido a que el préstamo con prenda no fue cancelado pagando la deuda, ahora la tiene una tercera persona. ¡Vaya lío! Bueno, llegó la hora de poner punto final con Roberto Mazzara y así celebrar los 20 años de un infeliz encuentro.
En octubre de 2006 le mandé
un burofax al señor Mazzara
comunicándole que me
consideraba desligado de
nuestro contrato firmado en
2002 y que no utilizara los
datos que aporté en su
momento para la redacción
del catalogo que GEAS
preparó y del cual tengo los
derechos de autor y de la
propiedad intelectual.
En octubre de 2008 Mazzara publicó un anexo dentro de un libro de Consuelo Varela titulado: XXXXXXXX. El anexo de Mazzara lleva por titulo: “Cristoforo Colombo. Il mistero della campana della Santa Maria” (Cristóbal Colón. El misterio de la campana de la Santa María). Pero nuevamente ha usado Mazzara, de manera poco ética, mis datos, resultados de mis investigaciones históricas y de un compromiso mercantil que no ha cumplido. ¿Será que al final vamos a desvelar el misterio de la campana?
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