Conclusión: Situación actual del submarinismo en las Maldivas
Hace
ya más de tres décadas desde
que las islas Maldivas se
abrieron al turismo de
masas. Gracias a las
políticas locales cada vez
más orientadas al turismo,
existen ya más de cien islas
turísticas de todo tipo. El
objetivo principal del
gobierno ha sido el de
otorgar la máxima prioridad
al turismo de alto nivel.
Hay muchas islas de lujo,
para turistas dispuestos a
pagar precios muy elevados.
Actualmente en Maldivas
incluso se planea un campo
de golf flotante con túneles
bajo el agua, y un bar
submarino al que se accede
mediante un ascensor
transparente; todo muy digno
de Disneylandia. Como
consecuencia del énfasis en
el lujo y las grandes
inversiones, la comunidad de
los submarinistas ha sufrido
un duro golpe en Maldivas y
muy pocas islas podrían
describirse ya como islas
para buceadores.
Es
posible escoger entre las
islas más lujosas y las
relativamente más sencillas
y, naturalmente, los precios
estarán en función de la
calidad que se prefiera. No
obstante, a pesar de los
muchos millones de euros que
se han invertido en
construir nuevas islas, y en
elevar la categoría de las
que se consideraba que
estaban algo vetustas,
existe una isla, Asdu (Asdhoo)
que se ha mantenido en la
forma en que eran las islas
turísticas originales, muy
básica y austera, con un
aire algo destartalado.
Otras islas relativamente en
franca decadencia son
Giravaru y Biyadoo. La
crisis económica afectó al
flujo necesario de
inversiones y no se han
podido efectuar las
reparaciones necesarias. Por
esta razón la decrepitud de
algunos edificios e
instalaciones, castigadas
por el húmedo clima tropical
y el salitre, es notoria.
Para
el submarinista no es
necesario ir a una isla así
a tener una experiencia
sobre cierta etapa histórica
del turismo en Maldivas,
porque lo más interesante
del país para quien le gusta
el buceo siguen siendo los
fondos coralinos.
Lamentablemente, esta gran
riqueza natural que tiene el
país no ha sido apreciada en
su justo valor, ni ha sido
dada a conocer
suficientemente durante los
últimos años. Las
prioridades han sido otras
y, aparte de haberse visto
favorecido el turismo de
lujo, las Maldivas se han
promocionado de manera
preferente, como lugar ideal
para parejas en luna de
miel. Esta orientación del
turismo ha sido causada por
el otro aspecto natural en
su favor que tiene el país y
que son los paisajes
idílicos de palmeras y
playas junto a lagunas de
ensueño.
De
cualquier forma, todos los
complejos hoteleros de las
Maldivas intentan tener
diversas fórmulas a su
alcance para complacer a
todos sus clientes. El
objetivo es que nadie se
aburra en la isla y, por
ello, todas las islas
turísticas cuentan con un
centro de buceo más o menos
bien equipado. Sin embargo,
debido al énfasis en el
lujo, a lo largo de las
últimas décadas se ha visto
una clara tendencia a
incrementar la calidad del
spa, o centro de salud y
masaje de la isla como
fuente alternativa de
ingresos, con lo cual el
centro de buceo ha perdido
la importancia primordial
que tenía en un principio,
en cuanto a la proporción de
turistas que lo utilizaban.
Al
elevarse el nivel económico
de los visitantes de las
Maldivas, se ha invertido
mucho en la calidad de los
restaurantes, y en organizar
veladas de ambiente
exclusivo junto a la
piscina. Los antiguos
buceadores que estuvieron en
las Maldivas hace más de
treinta años, se complacen
en recordarle a uno que en
aquellos tiempos, no habían
ni piscinas de agua dulce ni
alta cocina en las islas que
conocieron. Las primeras
islas que se dedicaron al
turismo, se caracterizaban
por su austero y monótono
menú y, antes de que se
introdujeran las primeras
plantas depuradoras, incluso
el agua que salía del grifo
era salada. Por lo tanto el
marco actual resulta muy
“poco maldivo”, para
aquellos que conocieron las
Maldivas en otros tiempos.
Sin
embargo quedan en las
Maldivas islas donde la
calidad del buceo es muy
buena. Ahí la atmósfera es
más casual y campechana, más
al gusto de aquellos que
tienen un objetivo común. Ni
que decir tiene que en esas
islas todavía se dan esas
veladas inolvidables, con
agradables charlas en
compañía de otros
buceadores. Suelen ser
sitios de mucho movimiento,
con mucha frecuencia de
visitantes. Por lo tanto hay
que hacer la reserva con
antelación.
El
profesor de buceo en tales
islas tiene un aire
diferente, lleno de
vitalidad y propósito que
contrasta mucho con el
aspecto hastiado de aquel
submarinista, que ha ido a
parar a una isla de lujo
donde al buceo no se le da
demasiada importancia. Ay de
aquel desgraciado que, para
dar algo de vida a su triste
y vacío centro de buceo,
pasa sus veladas intentando
promocionar la belleza de
los fondos marinos locales,
durante la cena a parejas en
luna de miel, que claramente
demuestran escaso interés o,
a jubilados que han venido a
descansar y cuya actividad
ideal, es la de tomarse un
vermut al lado de la piscina
contemplando la puesta de
sol. Un profesor de buceo en
un lugar así se siente como
si sobrara.
Por
fortuna, también a ese tipo
de islas es posible que
llegue muy de tarde en
tarde, un grupo de
buceadores algo perdidos.
Así durante unos días el
profesor de buceo se sentirá
por fin en su ambiente.
Contento y satisfecho al
salir de la rutina diaria
para complacer a los
inesperados visitantes.
A pesar del gran número de islas turísticas que existen en Maldivas, no hay muchas que reciban una proporción elevada de turistas interesados en hacer inmersión. Aparte de Kuredu Island Resort (mencionada ya en el capítulo anterior), las islas más frecuentadas por buceadores de diversos países son: Angaga, Helengeli, Kuredu, Filitheyo, Mirufenfushi (Meeru), Kuramathi, Embudu Village y también Mirihi. Todas estas islas, y especialmente Kuredu y Meeru, tienen un buen centro de buceo, serio y profesional, que satisface a todos aquellos que van a las Maldivas con el objetivo primordial de explorar los fondos marinos.
Aparte
de diferentes tipos de islas
turísticas, actualmente
existen también diversos
tipos de embarcación para
hacer viajes por los
atolones. La fórmula del
barco-safari ha tenido
muchísimo éxito en las
Maldivas, en vista del gran
número de estas
embarcaciones que se ven
ancladas en la amplia
laguna, nada más llegar al
aeropuerto, entre Hulhumale
y Club Faru, el antiguo Club
Med. Actualmente no hay
límites para su actividad y
se puede hacer un safari a
cualquier atolón y a
cualquier isla.
A pesar del incremento del
turismo, la calidad de los
fondos marinos en las
Maldivas se ha mantenido.
Esto es cierto incluso cerca
de la capital, zona que se
ha urbanizado mucho en las
últimas décadas. Hubo una
cierta preocupación en 1998,
cuando se observó un
blanqueamiento de los
corales en ciertas zonas del
país. Entonces algunos
afirmaron que los arrecifes
coralinos se estaban
muriendo poco a poco,
y
que el blanqueamiento
aparente era solamente el
principio de una gran
catástrofe ecológica. Por
fortuna tales pronósticos no
se hicieron realidad.
Actualmente
todos los escollos se han
recuperado y siguen siendo
tan espectaculares como
antes de que cundiera la
alarma. En los arrecifes
normales dominan los corales
del género
Acrópora,
los cuales ocupan una gran
superficie, sin embargo,
cuando las tempestades los
rompen, otras especies de
menor tamaño tienen la
oportunidad de ocupar su
lugar.
Por último cabe destacar, que durante las recientes revueltas en el mundo árabe, la atmósfera en las Maldivas se ha mantenido tranquila. A pesar de tener un gobierno de clara orientación musulmana, muy influenciado por la política de los países árabes, incluso los revuelos de la vida política del país no logran afectar a las islas turísticas o al aeropuerto, que es donde se mueven la inmensa mayoría de los turistas.
Xavier Romero-Frias